Este es un tema que considero muy importante, y que he tenido la oportunidad de leer en otros blogs. La responsabilidad de un viajero al llegar a un nuevo lugar no solo radica en el cumplimiento de las leyes locales, sino en cierto comportamiento que se deben observar para no alterar el ecosistema. No solamente hablo de alteraciones ecológicas que son bastante claras como evitar la contaminación o el uso desmedido de recurso. Por ejemplo el agua que aunque estés pagando en el hotel por ella, no significa que puedes desperdiciarla.

Lo que quiero hablar es más bien de la responsabilidad social hacia la gente que habita estos lugares que se visitan. Es muy fácil modificar las costumbres de las personas por cuestiones tan simples como el dinero. Esto se convierte no solo un problema para los demás turistas sino que también para los locales. Un ejemplo es que si la localidad sus costumbres no es dejar propina, el hecho de pensar “voy a ayudarlos con unas monedas más” puede a la larga ser más perjudicial.

Este problema es porque la gente puede llegar a ser ambiciosa. Si la persona detrás del restaurante observa como un turista puede dejar más dinero por platillos que no cuestan su valor, y aparte todavía deja propina, le dejara de importar operar para los locales. Generan una segregación, porque aunque pueda sonar ridículo en algunos lugares los locales simplemente no pueden pagar los precios exigidos.

Este tipo de fenómeno se ha estado desarrollando en la famosa ruta Banana Pancake en el sureste de Asia, donde los turistas occidentales han afectado como la gente local percibe la necesidad de obtener dinero fácilmente a costa de ellos. Puede que para un europeo obsequiar un euro a un niño que esta pidiendo en la calles lo vea como nada, pero ese niño con un par de euros puede obtener muchas cosas. El obtener este ingreso representa un problema para él porque ve innecesario estudiar. Es muy fácil engañarse a uno mismo, y pensar que puedes vivir de esto.

Pequeña escuela en Fes, Marruecos

Suena un poco contradictorio el hecho de no querer ayudar o no “agradecer” al taxista o mesero si no es la costumbre, pero por ejemplo aquí en México no es una norma social gratificar al taxista, mientras que en Estados Unidos si. Si mucho americano comenzara a fomentar esta costumbre en los conductores de taxis aquí en México, y de repente ellos lo vieran como “algo normal” y te quieran exigir propina. ¿Te gustaría? Dejando a un lado el dinero, ¿porqué aceptar una costumbre externa de esta forma?

Mercado Jemaa el Fna, ejemplo de como los turistas han cambiado las costumbres

Por eso es mejor siempre leer un poco las costumbres y etiqueta del lugar al que vas a visitar, más vale tener una noción clara de que es correcto y que no es correcto. Lo asombroso de viajar y conocer no solo lo encuentras en la arquitectura, museos y paisajes, sino en la gente que habita en estos lugares. Respetemos sus costumbres.