El vuelo a la capital vietnamita llegó a media noche, la salida del aeropuerto fue rápida gracias a que ya contábamos con la visa. Cómo llegamos entrada la noche, decidimos contratar el servicio de pick-up que ofrecía el hotel, estaba emocionada era la primera vez que soltaba la rienda a mis gustos extravagantes y sentía eso que la gente llama “el buen vivir” al gozar de estos servicios.

Tranquila noche en el lago

Llegamos a la salida y un sujeto sostenía una hoja indicando que era el encargado de llevarnos al hotel, habían pasado alrededor de 10 minutos del trayecto cuando el conductor se detuvo a la orilla de la carretera donde otro carro lo esperaba; sin decir nada salió del carro. Una reacción normal hubiera sido sentir miedo pero por alguna extraña razón no lo sentía y a lo lejos solo escuchaba susurros vietnamitas. En un par de minutos ya teníamos nuevo conductor el cual al subir al carro solo dijo “sorry”. Cuando por fin llegamos al hotel pasamos a nuestra habitación la cual era amplia con vista a la calle y un par de cortinas de esas que no dejan pasar nada la luz. Dormía profundamente hasta que el ruido de las motos se interpuso en mi sensación de descanso ¿Por qué Vietnam? ¿Por qué? Todas esas leyendas de miles de motos en las calles eran ciertas y ahora tenía que vivir con el ruido absurdo que generaban.

Motos por donde sea

Al día siguiente era momento de conocer el pequeño lugar, amaneció con un poco de lluvia pero eso no impediría que saliéramos en busca de aventura. Mientras caminábamos agradecía tanto que existieran los semáforos porque donde no había era una prueba de fe el tratar de cruzar la calle. Viajar hasta Asia para morir arrollada por una moto no sonaba nada atractivo. Algo que me llamó la atención desde el principio fueron los hermosos jardines que tienen, se ve que eso de la jardinería se les da muy bien y las combinaciones de colores que utilizan le dan un colorido único a las calles. Otra de las cosas que me emocionó fue ver los sombreros vietnamitas. Esto es algo que los locales saben y por eso les agregan un poco de diseño para multiplicar su valor y venderlos como souvenir a los turistas, que como a mi, les explota la cabeza. Aunque no me pude comprar uno porque son muy abultados siempre los llevare en mi corazón.

Concurridas calles de Hanoi

En general la gente es demasiado amigable y siempre están sonriendo. Es fácil sentir esa sensación de confianza mientras caminas por sus calles, que te permite obtener un panorama de la propuesta gastronómica que ofrecen. Al igual que en la mayoría de los países las opciones de comida callejera son abundantes, la regla a seguir era sencilla: buscar un lugar concurrido por los locales. Llegamos a un lugar de pho que es un caldo característico de la región, me gustaría hablarles un poco más de la gastronomía vietnamita pero le dejaré ese tema a Geo porque él lo hace mejor.

La mesa tamaño infantil

Los vietnamitas son personas simples a la hora de comer o beber, no esperes más que una pequeña mesa y pequeñas sillas. Créanme que no exagero cuando digo pequeñas, en México esas mesas solo las usan los niños y tengo que aclarar que yo estoy lejos de ser alta y aun así son incómodas. Recuerdo pararme con las piernas entumecidas, mi desventaja es que normalmente como lento. Los puestos callejeros por lo regular se especializan en un platillo tal vez por eso perfeccionan su sabor, otra de las casos que me gusto es que muchos lugares producen y venden su propia cerveza de estilo lager a precios accesibles así que más de una vez cuando me sentía cansada podía pararme a tomar un buen vaso de bia o cerveza para los que no hablan vietnamita. Descansaba pero terminaba con las piernas entumecidas lo cual me parecía un buen trato. Aun cuando pensabas que no había lugar donde sentarse los veías sonreír y sacar pequeños banquitos a las banquetas ¡listo! Ya pueden disfrutar de su cerveza.

Disfrutando de una bia hoi

Esquites version Vietnam

De todos los lugares que visitamos, Hanoi es sin duda el indicado para comprar ropa de marca a un buen precio y lo más importante donde encontrarás las tallas normales ya que en el resto de Asia todas las tallas L parecen S. Separan las ropa por tallas y solo se trata de buscar la que más te agrade, literal te puede explotar la cabeza con tantas opciones. Yo cometí una mala decisión pensando que en el resto de nuestro viaje se seguirán presentando estas oportunidades y no fue así. Rox del pasado si lees esto ¡compra mucho!

Un mercado vietnamita, Dong Xuan

Aunque suelen ser personas muy justas con los turistas no faltan las trampas, una que leímos en WikiTravel es que hay sujetos que suelen ponerse cerca de los templos, los cuales al verte la T en la frente de turista se acercan con una enorme sonrisa, te contaran una triste historia con el fin de que te involucres y quieras aportar a la causa; te muestra una libreta común y corriente con nombres, nacionalidades y “cantidad aportada” las cuales son exageradas y en dólares. Aun sabiendo que era un timo decidimos aportar un poco de cambio, pero el chico puso una cara de ofendido y nos pidió la aportación en dólares, obviamente se llevó un bye.

Antes de viajar a Asia pensaba que los mercados nocturnos solo vendían comida, miles de opciones de comida callejera pero al menos los que visitamos vendían ropa y souvenirs, quiero pensar que los mercados llenos de comida solo se puede llegar cuando vas acompañado de un local de lo contrario la recomendaciones siempre te llevan a venta de ropa. Yo sé que esos mercados existen los he visto en las fotos.

Templo en Hanoi

Hanoi es un lugar pequeño por lo cual se recorre de manera rápida, pero eso no es ningún problema ya que por unos $25 dólares podrás tomar un tour de un día a alguna atracción cercana. Si quieren leer un poco más de las cosas que puedes hacer en Hanoi les dejo el post de Geo.