Un fin de semana representa un sinfín de posibilidades para realizar actividades o ver pasar la vida en la comodidad del sofá y Netflix, en realidad la segunda opción no me desagrada pero estando de vacaciones es algo que no puede pasar. Eran nuestros últimos días en Osaka y prácticamente ya habíamos visitado todos los lugares de interés, en cuanto a la comida nuestra alimentación a base de arroz y noodles había sido de mi agrado. Antes de dejar Japón necesitábamos probar la carne de las famosas vacas wagyu originarias de la ciudad de Kobe que según los conocedores su carne es de gran sabor y se caracteriza por su hermoso marmoleado, jugosidad y suavidad. Llegar de Osaka a Kobe es sencillo y puede ser un viaje de ida y vuelta el mismo día. La clave es levantarse temprano, nosotros viaja en tren y fueron alrededor de 40 minutos.
El primer plan en la agenda era desayunar, caminar como locos y comer un poco de carne wagyu ¡el plan era simple! Para poder llevar nuestro plan acabo solo nos hacían falta un poco de kobe pesos (yen) intentamos sacar dinero en un cajero y no aceptaba la tarjeta, en otro y nada un par más y comenzaba a pensar lo absurdo que sería tener que regresar a Osaka por falta de liquidez ya que en Osaka y Kobe son pocos los lugares que aceptan pagos con tarjetas de crédito extranjeras.
Motomachi
Es como la parte céntrica de Kobe dedicado al comercio por lo que encontrarás restaurantes, cafés y tiendas de ropa, pisos y pisos de diversión si tu interés son las compras. Justo aquí fue donde disfrutamos de nuestro desayuno, íbamos caminando por la calle cuando de repente al voltear en una ventana había japoneses haciendo dumplings de manera rápida casi como línea de producción. Nos quedamos observando un rato y después decidimos entrar por unos cuantos. Algunos lugares en Japón tienen cristales que dan directo a la preparación de los alimentos, para mí era un excelente distracción mientras hacía fila para obtener mis alimentos.
Chinatown
Aunque este barrio chino es pequeño, solo un par de cuadras su decoración es muy colorid. En lo personal tengo una debilidad por cualquier Chinatown pero la de Kobe me enamoro. Al centro se encontraba un kiosco rodeado por las esculturas de los animales del zodíaco chino, dando un paseo por las calles están llenas de restaurantes y pequeños puestos de comida callejera. Fue justo en ese momento que descubrimos que de haber prolongado un poco más nuestro ayuno entrar a Chinatown hubiera sido el similar a entrar al paraíso de la comida aun así disfrutaríamos el paseo.
Todavía no recorríamos una cuadra cuando nos dimos cuenta que aún “teníamos un huequito en la panza”. Geo se compró un estilo de taco-burrito de pato con una salsa agridulce, por mi parte me deje seducir por un postre que era una especie de hojaldre con crema chantilly con fresas troceadas y para hacerlo más sexy un toque de azúcar glass, como les había comentado anteriormente los postres en Japón no son dulces. No entiendo porque seguía cayendo en la trampa.
Puerto de Kobe
El clima era de lo mejor, adoro la sensación de estar a la orilla del puerto observando el agua mientras siento como poco a poco gracias al sol el frío disminuye. Visitamos Kobe en Enero así que el frío se encontraba en su apogeo pero la vista merecía seguir caminando aunque el cuerpo se negaba a hacerlo, continuando con nuestro recorrido llegamos a un museo el cual pasamos de largo, unos minutos más y nos encontrábamos frente a un icono de la ciudad la Torre de Kobe que es un mirador y por unos cuantos kobe pesos puedes disfrutar la vista del puerto desde un punto más alto.
Un plan que sonaba tentador pero no tanto como disfrutar de la carne wagyu así que era momento de seguir adelante. El puerto al ser un punto de interés para los turistas cuenta con una explanada donde se llevan a cabo diversas actividades los fines de semana, cuando pasamos había un grupo de niños practicando un poco con un enorme tambor. También hay una marina donde se puede tomar un bote para recorrer la bahía.
Un poco de comida
Por fin se llegó el momento de comer y probar la vaca wagyu, cerca del puerto hay algunos centros comerciales pero uno de tienen la vista al puerto, los comercios eran como un poco más hipster y restaurantes. En general todos los comercios tenían buenos reviews en TripAdvisor y Foursquare. Lo popular era decidirte por los famosos menús a tres tiempos. Después de analizar a fondo las ofertas decidimos comprarla por peso y asarla nosotros mismos en una parrillada estilo Coreana, mis expectativas de la carne eran altas. Literal exigía sentir una explosión de sabor que justificara el viaje, pocas veces a paso pero la realidad superó a la expectativa. La carne era súper suave parecía mantequilla en la boca y estaba muy jugosa disfrute esa comida y acompañada de los vegetales asados fue una delicia, el recordar el sabor me hace agua la boca.
Si en tu visita a Osaka no dudes en incluir a Kobe. De verdad vale la pena la visitarlo, uno de los días que más disfrute de nuestra estancia en Japón.
No te pierdas ninguna actualización
Suscribete a la lista de correo y recibe nuestras novedades.
Continua leyendo con nosotros. Podrían interesarte los siguientes artículo: