En nuestro viaje a Asia queríamos conocer la mayor cantidad posible de países, era la primera vez en ese continente y estaba ansiosa por saber qué vería, qué comería y si me gustaría. Cuando se piensa en Filipinas uno de los principales atractivos son sus playas ¡vaya que son hermosas! Aunque dicen que no es bueno generalizar, la playa Laiya no me defraudó, en cambio la forma en cómo ha sido privatizada para el lucro de los resorts un poco. Es curioso pensar que esas hermosas playas deberían de ser de fácil acceso para los filipinos pero el fácil acceso es para los turistas que están dispuestos a pagar las cuotas establecidas que en general para la población de filipinas son caras.

Como nuestra estancia era corta en Filipinas, decidimos quedarnos en la capital Manila y disfrutar de los atractivos. Lo que no esperaba era el calor infernal que me atacaría en sus calles. Prefiero el frío y de verdad que en Manila me hicieron sufrir, recuerdo traer protector solar, sombrero y sombrilla y aun así sentía la radiación. Siempre recomiendo el caminar para poder conocer mejor la ciudad pero tal vez cambiaría un poco la recomendación hablando de este lugar. Hay mucha gente que vive en condiciones de calle y por lo tanto realizan sus necesidades donde pueden la mezcla de olores que se perciben en la calle son pesados haciéndola difícil de transitar.

El transporte público suele tener una alta demanda es una especie de camionetas pick-up con la parte trasera techada y ventanas laterales conocidas como jeepney, el cupo normal debería ser como para unas 8 o 10 personas pero a veces juraría que iban hasta 20. La mayoría de estos jeepneys suelen tener decoraciones basadas en colores brillantes con que los vuelven únicos un digno ejemplo del arte urbano filipino que solo podía ser complementada con la música que sale y el claxon una y otra vez indicando que tengas cuidado al cruzar la calle porque ellos no se detendrán, después de un par de esquivadas el deporte se vuelve divertido aunque nada le gana a Vietnam y su invasión de motos. Si no estás listo para tanta adrenalina siempre está la opción del tuk tuk que no falla.

Si en algún lugar he tenido la oportunidad de apreciar lo que la palabra sugar daddy significa sin duda es en Manila. Es mucho más común de lo que creen ver a una persona mayor acompañado de una joven filipina en plan de pareja. Estas situaciones no serán juzgadas y se ve normal, situaciones donde se vuelve curioso observar como el idioma no es obstáculo. Recuerdo ver a más de un turista apasionados contando una historia a su cita mientras ellas mostraban cara de poco interés y una sonrisa forzada. No me gusta ser chismosa (guiño, guiño) pero escuche una cita en un Starbucks donde el señor platicaba de los nietos y su familia mientras la chica solo medio asentía con la cabeza, o un chico que hablaba español preguntando a la chica si le gustaba escucharlo mientras hablaba en español y ella prestaba menos cien de atención mientras él no dejaba de decir lo mucho que la extrañaría so sad ni cómo ayudarlo.

La gente es demasiado amable y amiguera es fácil sentirse bienvenido en el lugar, aunque Manila en la noche es mucho más ambientada. Cerca del hotel había una especie de plaza con varios bares donde las mesas estaban en una área común y ya según el lugar te indican donde sentarse, una idea bastante inteligente ya que solo era necesario contratar una banda que cantaban en inglés y filipino que por cierto lo hacía muy bien. En su mayoría cantaban música roquera pero la vestimenta de la vocalista y el baile de las coristas me hacía pensar en un grupo versátil de esos que suelen cantar en eventos al menos en México una extraña mezcla, como consejo general solo tengan cuidado con cuanto tomarán ya que suelen motivarse para tomar (claro es una excusa barata porque siempre puedes decir no) aun no me terminaba una cerveza cuando ya me habían abierto otra, escena que se repitió un par de veces hasta que cuando menos me di cuenta ya estaba bastante borracha y al día siguiente como consecuencia la peor cruda de mi vida y ese día tenía que tomar un vuelo aún recuerdo mi arrepentimiento.

Algo que no debe extrañarte es que antes de ingresar a cualquier lugar tendrás que pasar por una pequeña revisión, ya saben enseñar la bolsa para asegurar que no lleves nada peligroso y en el caso de los hombres ver que no lleven armas. Al principio me asustó la situación pero después empecé a verlo como algo común, según información en las puertas de los establecimientos decía que a partir del 2016 estaba prohibido introducir armas a los lugares por eso la revisión, hasta para entrar a un McDonalds aplicaba este proceso.

¡Por favor muestra un poco de educación! Y cada vez que compren un combo en alguna cadena de comida rápida como Jollibee utilizando el tenedor y cuchillo que dan para comer el huevo con arroz. Hablemos de comida pizza pizza me so hungry para ser más concreto de los bufetes, cuando pienso en bufet, pienso en un lugar donde puedo llegar a comer todo lo que quiera y quedarme cuanto tiempo quiera, creo que así aplica en México. En Manila es un poco diferente para empezar los buffets son como especializados por ejemplo uno de parrillada, de olla caliente (hot pot) estilo japonés, entre otros .

Nosotros ya estando en el mood asiático nos sentimos preparados para entrar a uno de hotpots. La tecnología del hotpot consiste en calentar caldo en una olla e ir agregando una serie de ingredientes como carne, mariscos, verduras, etc. Con el fin de cocinarlos en el caldo suena fácil pero no lo es. Uno de los bufetes más elegantes en los que he estado estaba muy completo las posibles combinaciones son infinitas, nuestro único enemigo es que solo estaría abierto de 10:00 am a 2:00 pm y nosotros llegamos alrededor de las 12:30 pm. No recuerdo exactamente cuánto pagamos pero creo que fueron alrededor de $400 pesos por persona y la variedad era increíble hablando de las bebidas hasta te incluía cerveza ¡sin duda una excelente opción de perder el tiempo en Manila!