Cruzar frontera por vía terrestre en países lejanos y de lenguajes complicados como Vietnam y Camboya no debería ser intimidante o confuso si sabes lo que tienes que hacer. Nosotros investigamos en diversas fuentes y fue provechoso porque sin el conocimiento del proceso hubiéramos pasado momentos de incertidumbre.

Estando en Saigon (Ciudad de Ho Chi Minh) hay diversas empresas transportistas que ofrecen la ruta hacia Camboya, tanto Nom Pen como Siem Reap, a precios económicos aunque no está de más un poco de regateo. En promedio por 10 dólares se puede tomar un autobús en Pham Ngu Lao (la área de backpackers o mochileros) para Nom Pen. En un trayecto de unas 6 a 8 horas, nosotros fueron unas 6 horas las que pasamos a bordo del autobús de la compañía Phuong Heng. El cruce fronterizo se hace en las ciudades de Moc Bai y Bavet.

Flamante autobús amarillo fronterizo

El autobús que tomamos era un modelo coreano de grandes asientos, sin baño y supuesto WiFi que se desvanecía muy seguido. Íbamos 6 personas incluyendonos lo que ahorro tiempo. Una vez que arranca el autobús y verifican tu boleto pasa el ayudante del conductor a recoger tu pasaporte. No hablan mucho inglés, digo si tienes suerte, así que no dará explicación de porqué o para que lo quieren. El pasaporte te lo pide para agilizar el proceso en migración. Así mismo si no tienes visa de Camboya te puede ayudar a obtenerla con una propina o puedes sacarla por Internet qué es más fácil, aunque ligeramente más cara. Él tomará nota de todos los pasaportes y llenará por ti la tarjeta de embarque para Camboya.

Desde Saigon a la frontera no hay paradas, pero es poco tiempo, así que no sufres por el baño. Llegando a la frontera, en el poblado de Moc Bai, debes bajar a una especie de almacén donde el ayudante pasará directamente a una fila para que el oficial de migración selle todos los pasaportes. Tu solo esperas que te llamen o se acerque a pasarte tu pasaporte para salir y subir de nuevo al autobús que estara en la salida esperando. Hay que prestar atención porque si están nombrando en voz alta los nombres la pronunciación de los mismos será extraña.

Cruzaras la zona fronteriza entre ambas naciones para llegar a unos coquetos arcos de Camboya donde con tu pasaporte todavía en mano pasarás a revisión. Con e-visa primero te lo verifica un oficial en otro escritorio, pero con suerte el ayudante te guiará. En todo el proceso serán señas y poco o nada de inglés así que presta mucha atención a los sellos y a lo que te intentan decir.

Fuera de migración en Bavet, Camboya

El chequeo por parte del personal es efectivo y sin demoras, no como en Tailandia, y te toman biométricos y hacen pocas preguntas. Al finalizar puedes pasar al baño o esperar la primer parada, pero si pasas se rápido porque los choferes se desesperan y pobre de tu alma si te quedas en la frontera. El autobús ya habrá cruzado y espera del otro lado del complejo. Ya en territorio jemer se pueden ver una serie de casinos, aunque un poco sucio y polvoriento. Te recuerda que vas a pasar horas de diversión en el sur de Asia.

Casinos fronterizos, diversión estilo Vegas en escenarios rurales

Con indescifrables letreros en la escritura camboyana el autobús hace la primer escala para desayunar en una fonda con precios razonables y comida de carretera. Aceptan dong vietnamita para que no tengas que cambiar. Tras unos 20 minutos se continúa a Nom Pen con una escala superior para baños y víveres o gastar todos los dong que te quedan como hicimos. Intentar cambiar dongs de baja denominación ya en Nom Pen es complicado.

Puente para cruzar el famoso río Mekong

Después de unas horas cruzas el río Mekong por un nuevo puente atirantado de dos carriles que lo hace muy gracioso por ser tan estrecho y largo. Este puente es un ahorro de tiempo porque hasta hace unos meses se cruzaba por ferry. Ya la entrada a la ciudad de Nom Pen será por los principales ejes viales dejándote en el sur de la ciudad cerca del Estadio Olímpico. En general un viaje placentero y fácil si sigues el orden y batuta del ayudante de chofer y recuerdas que en Asia muchas cosas se hacen con calma y paciencia.