El fin pasado que estabamos de visita en Metepec, fuimos a Valle de Bravo que está ubicado en el Estado de México y es un lugar que te conquista por su arquitectura colonial, su abundante vegetación que en conjunto con su hermoso lago hace honor a su nombramiento de Pueblo Mágico. El nombramiento de Pueblo Mágico es otorgado por la Secretaría de Turismo en México.
Llegar al centro del pueblo fue a vuelta de rueda al parecer no eran los únicos con la grandiosa idea de salir a conocer el lugar. Después de pelear un poco con el tráfico y estacionar el carro comenzamos a explorar el lugar como más nos gusta: caminando. A primera instancia no pude evitar recordar Guanajuato creo que era algo en su arquitectura pero mientras más caminaba más empezaba a notar la diferencia. Ahora puedo describirlo como un Guanajuato tropical ¡simplemente me encanto!
Fuimos un fin de semana de puente lo que significa que muchos de los mexicanos descansariamos el día lunes, un día más de descanso a la semana es el pretexto perfecto para dejar que tu espíritu aventurero salga en busca de diversión, eso sin duda explicaba el exceso de gente en el lugar.
Como buenos turistas nuestra primera parada fue la plaza principal la cual como en todos los pueblos de México cuenta con una pequeña iglesia al lado del kiosco con bancas donde podrás sentar a disfrutar del momento. Este tipo de plazas siempre están llenas tanto de vendedores ambulantes como de locales comerciales. No importa el antojo que tengas te aseguro que encontraras algo con que satisfacerlo, normalmente siempre husmeo acerca de las cosas que venden. Al principio se me antoja todo y termino sin comprar nada ¿Por qué? No lo sé, creo que es la vida que escogí vivir. No se si por ser fin de semana o por la cantidad de gente pero ese día habia musica en vivo, en el lugar podias apreciar un importante cantidad de turistas así como gente locales.
Otra de las zonas que todo el mundo quiere visitar en Valle de Bravo es el Embarcadero, para llegar existen dos formas, la forma fácil que es caminar siguiendo a la masa de turistas. Que si algo nos ha dejado nuestra experiencia en los viajes es que las masas no se equivocan, solo hay que caminar hasta el fondo por una de las calles en la plaza principal y después bajar ¡es todo! Existe la forma dificil que es hacerle caso a mi abuelita, rodear y bajar por unas calles empedradas altamente resbalosas y sin espacio para peatones, simplemente no parecía la forma más sencilla de llegar al embarcadero pero ¿quién soy yo para contradecir a mi abuelita? Era mejor morir en el intento más que nada.
El Embarcadero es, sin duda, la zona más bonita de Valle de Bravo y la vista desde el lugar es hermosa, al igual que la plaza central está lleno de vendedores ambulantes y locales comerciales en su mayoría restaurante. Al parecer beber en la calle en tus vasos enormes de cerveza Corona es socialmente aceptable. Vi a más de una persona hacer y también vi a los policías. Para recorrer el lago existen varias opciones que se adaptan a los diferentes presupuestos y gustos, además de la venta de los boletos en las taquillas o con vendedores en las calles que ofrecían los boletos para los diferentes barcos.
Hay como dos barcos de dos pisos que más bien son restaurantes donde el recorrido dura una hora tiempo suficiente para conocer y comer por la módica cantidad de $80 pesos y los niños son gratis, más alimentos. También puedes subir a una pequeñas lanchas donde el recorrido es un poco más rápido y por$400 pesos puedes rentarla para grupos de alrededor de 8 personas, ó hay varios barcos de tamaño medio del cual extrañamente recuerdo el nombre Vikingo donde por $60 pesos puedes tener tu recorrido.
Este viaje lo realizamos en familia así que decidimos ser un poco más convencionales y comer en una de los restaurantes flotantes con vista al lago. Estos restaurantes tienen dos terrazas una que está completamente fija y otra que se está moviendo al ritmo del lago, normalmente comer con tanto movimiento suena como algo no divertido excepto cuando viajas con niños. Para ser sincera después de unos quince minutos me sentía mareada pero como nadie decía nada aparente valentía mientras lloraba internamente y me repetía “ya pasara, ya pasara” terminamos en nuestra comida en la terraza estable gracias a que mi sobrino se mareo o al menos fue la historia que los adultos nos inventamos. Los precios del lugar eran razonables y la comida fue mejor de lo que esperaba si les interesa el restaurante se llama Los Pericos.
Valle de Bravo es uno de esos lugares ideales para cualquier tipo de paseo, durante el día predomina el ambiente familiar. Nuestra visita fue de entrada por salida pero se podía apreciar que por las noches se convierte en un ambiente más alegre y por si fuera poco durante el camino pude vi que se ofrecen diversas actividades extremas la más popular aventarse en paracaídas, en pocos palabras no importa cual sea el motivo de tu viaje simplemente te divertiras.
Si viajas a Valle de Bravo desde Metepec como lo fue nuestro caso según consejos de mi hermano la opción más segura es tomar autopista (Toluca-Zitácuaro) porque la carretera libre no está en las mejores condiciones y a eso se suma el peligro de las curvas. Tomamos la autopista y el camino fue como de una hora cuarenta minutos.
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