Pensando un poco en detalles de nuestros viajes que no he compartido, y que hacemos con mucha frecuencia, me di cuenta que vagabundeamos mucho, no bastante, pero si invertimos casi dos horas mínimo a caminar sin rumbo por calles nuevas esperando encontrar algo interesante, intentando imaginar lo cotidiano en esas fachadas de casas, o simplemente inspirandonos por la vida y vitalidad de las ciudades.
Creo que el verbo vagabundear es lo más idóneo porque en muchas ocasiones puede que salgamos de algún museo o atracción, y en la lógica sería tomar un transporte para llegar al siguiente punto del itinerario, parar al hotel a tomar un descanso o quizás disfrutar una bebida en algún cafe cercano. Eso quizás sea lo normal, pero Rox y yo comenzamos a caminar supuestamente para llegar a alguna atracción o punto de interés pero la verdad que es un poco diferente y comenzamos a tomar rutas “no óptimas” para nuestra meta.
Una de las ventajas de esto aparte que reduce el estrés, no entiendo porque estresarte si estás de vacaciones o conociendo una ciudad, es que puedes ver cosas que no esperas fuera de los tours y de lo “turístico”. Por ejemplo al caminar por vecindarios más habitacionales, puedes espiar un poco más en el corazón de la ciudad, viendo a las familias comer, convivir, a las personas moverse con esfuerzo al trabajo o simplemente perderte un instante intentando entender por las expresiones faciales y tonos de voz alguna conversación en una lengua desconocida para ti.
Rox y yo solemos imaginar e intentar descifrar muchas veces estos escenarios riéndonos, sin malicia, suponiendo que quizás si vemos a dos hombres turcos discutir están peleando por quién prepara el kebab más bueno o si son dos italianos quién es el mejor “Manolo”. Y bueno creo que se entiende la idea, pero mi punto es que es bastante interesante ver a las personas que quizás ni sospechan que un par de extranjeros estan contemplandolos e imaginan tonterías.
Similar a vagabundear en las calles, las tiendas departamentales tipo Walmart son un hit de estudios antropológicos. Las interacciones de la gente dentro de las tiendas es como en las calles pero el plus que le veo es que puedes ver los productos que se compran, las marcas que quizás parezcan conocidas. Eso luce como una “Coca-cola” pero quien sabe, está en árabe… Pero mira se pone mejor, en la sección gourmet hay “comida mexicana”. Esto es hilarante, porque hemos visto en el viejo continente, empaques de supuesta comida mexicana que ni en Taco Bell venderian.
No siempre se cuenta con el tiempo suficiente de vagabundear, en ocasiones los itinerarios son apretados o las visitas a las ciudades estan muy comprimidas, pero una ligera caminata en la noche después de la cena, es un buen ejercicio extra para descansar bien para pasar otro día en la acción. Así que los invito a dejar un poco las atracciones y los centros históricos y aburrirse en los barrios comunes un poco. Con suerte y podrán ver algo distinto y fascinante, o si no de perdido bajaron la comida.
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