Viena es la capital de Austria donde solo estuvimos alrededor de 36 horas pero la visita valió la pena. Fue de los primeros lugares donde vi nevar en abundancia y donde intente hacer un angelito en la nieve. Creanme son de las cosas que se ven faciles pero no lo son, o tal vez no tengo talento aún no se con certeza cuál de las dos.
Primeras horas en Viena
Llegamos a Viena por la noche y lo único que alcanzamos a hacer era dar un pequeño recorrido por el centro de la ciudad, como era Enero aún conservaban parte de la decoración navideña. El centro de la ciudad, conocido como Stephansplatz, estaba adornado con unos enormes candelabros y los aparadores aún conservaban el espíritu navideño.
Uno de los lugares que queríamos visitar por el rumbo era Demel que es una pastelería que se caracteriza por su alta reposteria. Uno de los postres estrella es el pastel Sacher (Sachertorte) ¿y que mejor remedio para el frío que una taza de chocolate caliente y una rebana de pastel? Al menos desde la percepción femenina.
Desde sus aparadores me empezó a conquistar, muchas galletitas y chocolates que en conjunto formaban paisajes navideños que solo me invitaban a comerlos, de hecho en algunos me tome unos minutos para admirar lo elaborados que estaban. Al entrar al lugar me exploto la cabeza. allí estaban los pasteles que se veían deliciosos y tenía que tomar una decisión difícil ya que solo probaría dos el mio y lo que le pudiera robar a Geo.
Me decide por un pastel de almendras con chocolate y una deliciosa taza de chocolate caliente, cuando le di el primer trago disfrute de la cremosidad y dulzura de la la leche, de esa leche que sacan en los comerciales y que después del primer sorbo te deja con un delicioso bigote. Disfrute mucho el pastel y el chocolate aunque esas alturas desconocía las consecuencias de mis actos, que les puedo decir normalmente solo consumo productos deslactosados y eso chocolate era la versión más pura de la lactosa que he conocido ¡Es la vida que escogí vivir!
Era momento de regresar al hotel pero antes necesitábamos bajar nuestros niveles de azucar así que pasamos por unos panes cubiertos con cosas raras y una pequeña cerveza. Estos sandwiches abiertos son populares en Viena bajo la cadena Trzesniewski.
Así fue como aprovechamos nuestras primeras horas en Viena, el itinerario para el día siguiente ya estaba planeado conocer el Palacio Schönbrunn de Viena.
El Palacio Schönbrunn de Viena
Recuerdo que desperté y lo primero que hice fue asomarme a la venta, descubrí un paisaje que nunca antes había visto las calles cubiertas de una gruesa capa de nieve. Quería salir lo más pronto posible, tendría que intentar todos los *clichés de nieve, ya saben aventar una bola, hacer un angelito y poner cara de loca mientras caminaba por la nieve. Desayunamos en una cadena de panaderías (Ströck) que se encontraba en la estación de metro, de los mejores panes que he probado simplemente eran deliciosos y recién horneados.
El Palacio Schönbrunn se encuentra perfectamente cuidado, me alucinaba con la historia y la descripción de cada una de las salas que conforman el mismo. A diferencia de otros castillos o palacios que he visitado este era absurdamente elegante más allá de las cosas carísimas que conformaban la decoración el gusto de la Emperatriz Sissi que se reflejaba en cada habitación y su sala del té con temática asiática era simplemente perfecta.
Es una lastima que dentro del palacio no te dejarán sacar fotos, así que tuve que confiar en que mi mente guardaría los recuerdos por un largo tiempo. Como rentamos las audioguías para saber un poco más de la historia, como les he comentado en post anteriores puedes estar en uno de los lugares más interesantes del mundo pero si no sabes la historia no lo valoras igual, el momento incómodo del recorrido cuando narraban como Maximiliano fue asesinado en México.
Era momento de salir del palacio y disfrutar en sus enormes jardines la nieve que el clima nos había otorgado. Lo primero que tenía que hacer al salir del palacio era caminar un poco por la nieve y después sorprender a Geo con una bola de nieve en la cara, mi satisfacción interna era grande podía escuchar el eco producido por mi risa malévola en mi mente. La sorprendida fui yo que no se porque crei que seria buena idea agarrar la nieve sin los guantes ¡sorpresa son la nieve y soy fría! Obviamente me queje y eso arruinó completamente mi plan porque Geo ya estaba alerta.
Ese día fue realmente divertido aunque un poco frío, aún nos quedaban dos atracciones. Uno de ellos era el zoológico, los más adorable de esta visita fue ver a los osos pandas jugar y el contraste de los flamingos en la nieve. Es curioso ver a los animales ahi viviendo bajo la nieve.
El segundo era un gran jardín botanico que tenía muchas flores y arboles trópicales. Era raro entrar al jardín todo caliente y humedo y salir al frío de nuevo.
Era momento de regresar al hotel y prepararnos para nuestra siguiente parada dentro de nuestro itinerario en la primera visita a Europa.
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