Eran aproximadamente las 6:30 am y los gallos empezaban a cantar “parakalo, parakalo”, era momento de levantarnos y como el hotel en el que nos quedamos contaba con un desayuno estilo europeo habías acordado bañarnos desayunar y regresar a la habitación para arreglarnos. El desayuno constaba de café, jugo, pan, mermelada, mantequilla y una fruta no era mucho pero con eso teníamos para empezar el día, la fruta no me la comía en el momento la guardaba para tener un refrigerio en cuanto me diera hambre. Lo cual me funciono bastante bien, me tomare un momento para mencionar que el personal del hotel siempre fue amable sin duda si lo recomiendo.

Desayuno del hotel Nefeli

Acrópolis.

La mayoría de las ruinas las abren a las 8:00 am y las cierran a las 5:00 pm (al menos en invierno) por lo cual es importante levantarse temprano para aprovechar mejor el día. El día estaba nublado con alta probabilidad de lluvia por lo cual decidí cargar con mi sombrilla. Llegamos al Acrópolis y decidimos comprar un pase global para varias ruinas por 12€ por persona, por lo regular estos pases representan un ahorro pero en este caso no lo era, al contrario si no ves todas las atracciones regalaste unos cuantos euros.

Empezamos a caminar y parecía que teníamos el lugar solo para nosotros, la vista era hermosa y el día estaba nublado el cielo se veía obscuro y el fondo de las ruinas y la vista de la ciudad la hacían un marco perfecto para tomar fotos ¡phototime!. De camino a la parte más alta de la Acrópolis veras diversas ruinas y cada ruina tiene información acerca de que eran y como lucían. Habíamos olvidado llevar nuestra botella de agua y tenía un poco sed en el lugar había bebederos pero decidí esperar porque tenía miedo de que el agua estuviese helada así que resistí. No tengan desconfianza de usar los bebederos yo suelo tener un estomago demasiado fresa en el aspecto de que muchas cosas me hacen daño pero el agua de los bebederos jamás me a causado malestares.

Geo con el Partenón de fondo

Llegamos a la parte más alta del Acrópolis donde está el Partenón pero lo estaban restaurando aún así puedes apreciar bien los detalles de la parte superior, en ese punto la vista era muy amplia podías observar la ciudad el montón de casas e inclusive el puerto. Geo señalaba algunos puntos y me explicaba esa que ves allá es el templo de Zeus, por allá queda la Ágora, eso que ves allá es la plaza donde andábamos ayer y yo solo pensaba ¿y la cheyen Geo?. Había una parte muy padre para tomar fotos con el fondo de Partenón y la bandera de Grecia ¡Opale opale! (Combinación de opa y orale).

Rox con el Partenón de fondo

##Ágora. Salimos de Acrópolis y la siguiente parada era la Ágora que son ruinas y en la parte superior también contaban con un templo. Entrando se veía un pasillo con columnas enormes llamados Estoa, era donde los comerciantes caminaban mientras llevaban negociaciones. Algo así como “dos gyros y una baklava por su torta de tamal, arre”. Actualmente es un museo donde hay algunas esculturas y unos cuantos jarrones. Continuamos con el recorrido y estaba empezando a chispear por suerte llevaba mi sombrilla y Geo su chamarra la cual aseguraba que era mejor que 50 sombrillas juntas.

Caminando por las ruinas de repente apreciaba bastante parecido con las ruinas romanas era un estilo muy parecido ¿acaso será porque los Romanos en algún punto de la historia se apoderaron de territorio Griego? Al apoderarse del territorio a las construcciones que hacían le agregaban su toque es por eso el parecido. Mientras caminábamos a la parte más alta de la Ágora pensé que era buen momento para cantar “vamos a Ágora, ágora ágora”. Quería cantar más pero era la única parte que me sabia de la canción “Noa noa.”

Estoa griega

Entre mis cantos y la cara de reflexión de Geo que pensaba “esta es la vida que escogí vivir”. La verdad es que Geo ya está acostumbrado a mis cantos y de más locuras de hecho cuando voy callada me pregunta si tengo algo. Llegamos a la parte más alta donde había un templo y había un grupo de estudiantes sacando fotos con tripies y cosas locas en ese momento supo que no ganaría el concurso de fotografía de mi escuela. La tristeza se apodero me mi ¿por queeeeee? y luego me acorde que no estaba en un concurso y que ya había terminado la escuela LOL.

Salimos de la Ágora y decidimos tomar un café en lo que se pasaba un poco la lluvia. Geo probo un café griego que parecía un espresso espeso pero no sabía tan fuerte, yo para retar a mi destino pedí un capuccino después me acorde que la leche entera no me cae bien pero ya era demasiado tarde. El capuccino estaba en la mesa, nos quedamos un rato y de repente escuche que mi estomago decía ¿me estas retando? Geo fue todo un caballero y se termino mi capuccino.

Misión: Puerto

Decidimos experimentar en el metro e ir al puerto que es de donde salen los tours a las Islas Griegas. Como fuimos en invierno no estaban saliendo los tours pero al menos veríamos el puerto, compramos los boletos y si no mal recuerdo salieron como en 1.30€ por persona y tenia valides de 60 minutos. Llegamos al puerto y nos encontramos con una agradable sorpresa ¡lluvia!. Intentamos caminar un poco y nos dimos cuenta que casi no había turistas en la zona y los precios de las cosas eran muy diferentes. Por ejemplo el freddo estaba en 1.50€ mientras que nosotros lo habíamos comprado el día anterior en 3.30€.

La lluvia empezó a tomar más fuerza y nosotros a ser mas cobardes era momento de regresarnos

Para nuestra fortuna en cuanto llegamos a la estación estaba el tren así que no esperamos nada, una vez en el metro había una bebe como de un año y medio tan abrigada que parecía tamalito y como la mayoría de los bebes a esa edad se puso inquieta y esa inquietud termino en llanto. La mamá trataba de controlarla cuando de repente se escucho el sonido de un acordeón y la bebe tamalito dejo de llorar mientras una señora empezó a aplaudir tratando de motivarla para que bailara y yo solo pensaba ¡por fin por fin alguien sacara un plato lo arrojara al suelo y dirá opa! pero nunca paso de los aplausos de la señora.

Parece que en Grecia es normal que la gente se suba al metro a tocar el acordeón y cantar muy similar a lo que hacen en México cuando se suben a cantar a los camiones.

Camino bajo la lluvia

Llegamos a la zona céntrica y la lluvia nos acompañaba por lo que pensamos que era buen momento para comer y estábamos cerca de la calle de los restaurantes, dejamos que el aroma nos guiara hacia el lugar indicado. Llegamos a un lugar en la esquina de Ermou. Nuestro mesero nos dio el menú y aprovecho para recomendarnos un pescado que juraba que esta buenísimo pero nosotros ya habíamos tomado nuestra decisión. Una ensalada de la cual tengo que mencionar que el aderezo estaba muy rico y un mix de carne asada que tenia como 4 variedades de carnes en una cama de pan pita bañado con la grasa jugosita de la carne.

El mesero escucho nuestra platica en español y nos pregunto de donde éramos y nos volvió a recomendar el pescado ¡que noooo sabe¡. Llego nuestra comida y la acompañamos con cerveza de barril la comida simplemente estaba deliciosa la disfrute bastante, el lugar me recordó mucho el Katz de NY. Las paredes llenas de fotos me imagino que de gente famosa que ha visitado el lugar y fue entonces cuando me percate que al parecer nuestro mesero era el dueño del lugar salía en todas las fotos.

Restaurante que me recordaba al Katz

Terminamos de comer y pedimos la cuenta y recibimos dos agradables sorpresas nos llevaron un postre de cortesía que era yogurt griego con trozos de fruta y miel, la consistencia del yogurt era muy diferente a la de las marcas comerciales que venden en México este estaba mucho mas cremoso y la combinación de sabores era perfecta un postre ligero, la segunda sorpresa era un shot de grappa error “grappa makes me happy” no se que pasaba cuando bebía ese licor simplemente me daba el simple.

La deliciosa comida del día

Postre

Después de la comida abundante que habíamos tenido y la lluvia que aun insistía en molestarnos decidimos ir al hotel a descansar un poco. Descansamos como 20 minutos y parecía que la lluvia había cedido y nos dejaría seguir disfrutando de nuestra estancia. Caminamos por una zona que no conocíamos aún y nos dimos cuenta que los locales comerciales empezaban a desaparecer pero la vista era linda agradable para caminar. Todo iba bien cuando de repente la lluvia se soltó más fuerte que antes y por más que lo intentara mi sombrilla no sirvió de nada nos empapamos.

Pasar a un café sería la solución para secarnos un poco y entrar en calor aún era muy temprano para caer rendidos en el hotel. El resto de la tarde prácticamente no la pasamos en bares tratando de disfrutar nuestro último día, la plática era demasiado amena hablamos de la mitología griega.