Vamos saliendo de Philadelphia rumbo a Washington, después de dos días en esta ciudad que me gusto. Llegamos un domingo temprano desde Nueva York, tomamos un autobus de dos horas, y veíamos una tranquila y ejemplar ciudad, con edificios y amplias avenidas. Salimos de la pequeña central de camiones Greyhound y lo primero que vimos fue el clásico arco de la amistad de un barrio chino, regresariamos más tarde primero había que dejar las maletas y comprarme medicina. Estaba muriendo un poco de gripa. El hotel Rodeway Inn esta en el centro de la ciudad a pocas cuadras del City Hall y las atracciones turísticas. Bastante conveniente y muy agradable. Estaba un poco frío el día pero nada trágico como Boston, y comenzamos nuestro itinerario por el City Hall que es un edificio gubernamental muy bonito, por dentro de él pasan dos avenidas (solo como peatonal) y tiene su torre de reloj, y esculturas decorando en el interior. Vale la pena tomarse un momento y ver los cuatro pórticos. Al parecer había un mercado de navidad días atrás, pero ya no nos toco.
Saliendo por el norte del City Hall, esta la iglesia de los Masones, que igual es un edificio interesante, y a la izquierda esta la plaza JFK donde estan varias esculturas. Entre las esculturas esta la de LOVE, pero no nos tomamos fotos ese día porque estaban unos vagos pidiendo dinero por “ayudarte” a tomar fotos. Continuamos por la gran avenida en cuchilla que llaman Benjamin Franklin Parkway (en Philadelphia casi todo es Benjamin Franklin), la cual cuenta con las banderas de todo los países por todos sus postes de luz, y se encuentra la plaza Logan, varios museos y una gran biblioteca. Es una avenida muy buena para caminar y tomar fotos, hasta se me había olvidado que estaba enfermo. Caminamos mucho por la zona, hasta llegar al museo que esta en lo alto de un montón de escalones, que quizás recuerden de un sujeto llamado Rocky Balboa. Es correcto, si hay una estatua de Rocky, aunque esta abajo de las escaleras y no arriba, sentí que me mintieron. Aparte de Rocky, hay como 30 estatuas y fuentes más de personajes históricos como George Washington. Bastante popular también por la zona. El museo era de arte y costaba como 20 dólares, me negué y regresamos al Parkway a ejercitarnos, mentira, queríamos ya comer. Regresamos hasta el City Hall y yo veía como Rox quería alimentarse de nieve o lo que fuera, luego recorde que solo comimos un bagel con Nutella y ya era tarde.
Nos encantan los mercados cuando estamos de viaje, porque la probabilidad de que comas como local es mayor y por lo tanto tienes mejor precio. Claro hay excepciones, como aquí con el Read Terminal Market. Es un edificio grande que alberga como 30 o 50 locatarios, que buena parte son restaurantes y pocos de compra de verduras o carne. Como estábamos en Philadelphia teníamos que probar la comida típica, que es el Philly cheesesteak, o sándwich de carne con queso. Llegamos al local con más gente, aplicando el principio de los tacos. Y pedimos un clásico y uno de albóndigas, que parecía de los mas pedidos. No voy a mentir, estuvieron bien y ya, el de albóndigas mejor. Curiosamente leí reseñas luego del lugar, Carmen’s, y la gente los ama. El cheesesteak se me hizo muy triste de sabor, pero no se, quizás odio al mundo y nada me sabe a sangre de unicornio como a los demás. Compre una cerveza, si venden cerveza en el mercado, para ver si me curaba más rápido pero no. Y Rox fue por un red velvet que a mi no se me gusto tanto.
Comidos, era momento de seguir explorando la ciudad. Cosas curiosas en los restaurantes que al parecer aunque hay como monton de bares, muchos restaurantes no venden alcohol pero tienen el concepto de BYOB, o sea trae tu propio alcohol. Así que puedes llegar con tu six a comer, no lo hicimos por lo que no se el costo del descorche.
Fuimos caminando por muchas calles y pronto oscureció pero era ameno, y aunque era domingo, si había algo de actividad no como en otras ciudades que esta todo muerto. Comenzaba a enfriar más y más la noche, así que paseamos por Chinatown, que leímos por ahí era la tercera más grande de Estados Unidos pero eso es una mentira. Esta pequeña pero bonita, no sucia e industrial como otras. El problema de los barrios chinos es que siempre nos dan hambre, y luego un lugar que ofrecía noodles hechos a mano, era difícil decir que no. Estábamos intentando decidir donde cenar si los noodles o comida suechan, y los noodles ganaron. Pero el gran Pikachu del barrio chino que todo lo ve y todo lo sabe, nos tenía preparado una sorpresa. Los noodles tenían caldo suechan, para explicar rápido suechan es un estilo regional de China de comida picosa contraria a la cantones que es más bien dulce. Pedimos nuestros grandes tazones de noodles picosos con tripa y panza de res, a mi me gustan más estos caldos con vísceras que con carne o mariscos, le da ese toque de mayor sabor. Entre el calor del caldo y lo picoso, pensé que me había curado, tenía la garganta ya despejada que hasta cante un tema de Dragon Ball Z con la mesera, jejeje no es cierto pero suena cool. El problema fue al salir al frío que me vine abajo y ya tuvimos que regresar al hotel a beber, obviamente.
El día siguiente tenía planes de ver la ciudad vieja y varias cosas, pero sorpresa, amaneció lloviendo. Era una lluvia de esas ridículas de muy poca agua pero duro casi todo el día. Fuimos valientes y comenzamos a caminar al Liberty Visitors Center, que es como el punto de partida para visitar todos los edificios y exposiciones de la historia de la Independencia Americana. El centro de atención estaba vacío, solo unos asiáticos y el personal del lugar, nos dieron un mapa y nos dijeron que no había necesidad de boletos. En temporada alta, hay que conseguir boletos con hora de entrada, que aunque son gratis hay que formarse mucho. Nuestro caso no lo era. Es lo que le comentaba a Rox, que por eso veíamos las cosas tan rápido porque entrábamos inmediatamente sin hacer cola. Por ejemplo, visitamos la exposición donde se encuentra la campana de la libertad y la vimos, más no saboreamos. Es una broma de la serie How I Met Your Mother. Después fuimos al Independence Hall, que era la State House, donde se ve el lugar donde Washington y sus amigos declararon la independencia de su país. Todo a explicación de un amable Ranger que respondía atentamente preguntas y nos mostro fotos del segundo nivel del edificio que estaba temporalmente cerrado. En esto nos tardamos unas dos horas, en verano me gusta para 5 horas si llegas temprano. Decidimos caminar rumbo al río a ver si veíamos algún puerto o algo, pero un lugar de waffles nos detuvo un rato. Por culpa de la lluvia y la neblina no vimos mucho y regresamos al centro.
Pasamos por un museo de química, si de química, que era gratis y entramos. En recepción sospecharon que nos escondiamos de la lluvia, pero no hubo problema la cooperación era de 5 dólares y solo di uno. Soy un mal hombre. La exposición era pequeña pero bien montada, había desde libros antiguos de alquimia hasta aparatejos modernos de cosas moleculares que np entiendo. Yo quería seguir viendo los edificios coloniales de la zona, pero la lluvia se intensificó y tuvimos que buscar refugio de nuevo en el alcohol.
Ya para la hora de la comida, le dimos otra oportunidad al mercado, en particular teníamos interes en la comida cajun que ofrecían. Rox pidio un jambalaya, que es como una especie de paella criolla y yo un po boy de catfish, lease un baguete de pescado frito. De nuevo estaban bien pero hasta ahí. Mi lonche tenia mínimo de carne y eso que era pescado barato. Decepción.
El día no mejoró con la lluvia por lo que teníamos que pasear entre refugios como plazas y demás lugares públicos y techados. Tuvimos oportunidad de pasar de nuevo por la estatua de LOVE, donde de nuevo había alguien ofreciendo servicios de fotografía.
Pasamos por el Instituto de Finas Artes, que tenían una esculturas bastante locas por fuera, como un avión aplastado. Pero ya estaban por cerrar así que no llegamos. Las calles en Philadelphia ni se sienten, caminábamos de norte a sur una y otra vez sin el menor esfuerzo. Y me gustaba mucho, tenían un algo tan agradable estar por ahí. En definitivo sería una buena ciudad para regresar, muchos museos y opciones de cervezas.
La noche llego, con menos lluvia que el día pero más fría. Nos tomamos unas cervezas y comimos un kebab en la calle, que fue de lo más sabroso que comi en Philadelphia. El clima mejoró bastante un día después, y eso me pone triste porque me falto mucho que ver pero será luego. En pocas palabras, Philadelphia es genial. Muchas ganas de regresar con mejor clima.
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