El día de hoy amaneci reflexionando acerca de las decisiones que he tomado en mi vida, todas y cada una de las decisiones como ir a un bar por un litro de cerveza los fines de semana en lugar de cuidar este templo llamado cuerpo. Avergonzada de estas decisiones decidí que era momento de hacer un cambio y que al menos este fin de semana sería diferente así fue como me propuse a visitar la famosa Barranca de Huentitán.

Bienvenidos a la Barranca de Huentitan

No conocia la Barranca y tenia ganas de visitarla. En algunas platicas el lugar habia salido al tema y todos recomendaban visitarla. Por un momento me senti un poco mal conmigo misma ¿Cómo era posible que habiendo lugares bonitos y cerca de la casa prefería pasar mis domingos viendo Netflix? La razón es sencilla Netflix es mi amigo.

Llegamos al lugar y muy cerca de la entrada encontramos un estacionamiento por solo $10 pesos. Yo estaba lista para la acción llevaba mi ropa deportiva, protector solar, lentes y agua ¡que comience la diversión! En caso de que decidan visitar el lugar no olviden comprar agua o cualquier bebida hidratante la necesitaran y la entrada está llena de puestos donde pueden comprarla en caso de que no lleven.

Geo con cara de quiero regresar a la casa a ver Netflix

Ya listos para recorrer el lugar empezamos a bajar por los escalones que se encuentran en las primeras dos o tres vueltas el resto del camino es empedrado, a lo largo del recorrido cada vez que das una vuelta encontramos un número que te sirve de guía para saber que tanto has bajado y pienses en tu futuro. Con el cuerpo lleno de energía iba bajando toda feliz con actitud de triunfadora, felicidad que se opacaba con la cara de “me quiero morir” de la mayoría de la gente que ya venía de regreso. Era joven y no contaba con la experiencia de la gente mayor como para saber que esas caras que veia eran un reflejo de como regresaria.

Cuando era joven, feliz y no sabía el cansancio que me esperaba

Algo que me gusto del camino es que durante el recorrido los árboles y la vegetación en general lo hacen ver muy verde, por lo tanto te da la impresión de que es un lugar fresco y que habia tomado una excelente decisión al visitarlo, por un momento hasta podría creer que estaba cerca de la playa. A lo largo del camino encontrarás sombra proporcionada por esta vegetación, lo cual por supuesto hace menos cansado el recorrido.

La primera parada importante es un mirador donde mucha gente se para tomar la foto del recuerdo y donde por loco que parezca hay cuerdas que te permiten hacer rappel ¡gracias pero no gracias! Prefiero caminar. Seguimos nuestro recorrido el cual mientras bajabamos lo disfrutamos y escuchamos todo tipo de música patrocinada por los visitantes que la escuchaban para motivarse a subir con vida y no darse por vencidos en el camino, banda, cumbias, electrónica de todo.

¿Te acuerdas de esa energía de la que te hable? Extrañamente ya estaba desapareciendo pero no importaba yo quería seguir bajando. Afortunadamente Geo llenó su mente de claridad y me dijo “¿Quieres seguir bajando? Piensa en la subida” ¡Que no hay elevador! Mis sueños estaban rotos, fue en ese justo momento donde entendí el error que habia cometido, me sentia como un pequeño niño corriendo feliz con su helado y de repente el helado se cae ¡So sad!

Fingiendo que eramos felices y estábamos listo para el regreso

Habíamos llegado a la vuelta 18 cuando decidimos que era momento de regresar, íbamos en la vuelta 16 cuando estaba cuestionando mis decisiones de “querer hacer ejercicio”. Tengo que admitir que me canse mucho más que Geo, cuando ibamos en la vuelta 10 sentía que estaba muriendo, mis pies empezaban a querer temblar y apuesto que mi respiración exagerada y forzada se escuchaba a kilometros de distancia.

“Salvate tu Geo"

Cuando íbamos en la vuelta 3 literal sentía que ya no podía caminar más, era momento de tomar una decisión dejarme caer y rodar colina abajo o tomar un poco de agua y armarme de valor. Llegamos de nuevo al mirador y esa era excelente señal el fin de mi sufrimiento estaba cerca “tacos de carnitas allá voy”.

La foto del triunfo

Ya estábamos cerca del triunfo trate de regular mi respiración y poner cara de “Soy cool, que bueno estuvo el ejercicio el próximo domingo regresamos” Así es mi cara decía todo eso. Si disfrute la visita el lugar, es muy panorámico y una excelente opción para visitar el domingo, mi única recomendación es que si no tienen mucha condición no bajen mucho porque en la subida te dolerá hasta el alma.

Para llegar a la Barranca de Huentitán, hay que tomar la calle Belisario Dominguez hacia el norte, y no es broma, hasta donde acaba la calle. Habrá algunos terrenos donde te puedes estacionar por 10 pesos todo el tiempo y de ahi solo queda comenzar a caminar por los puestos para encontrar la entrada.

Actualización

Hoy. 20 de Septiembre del año 2015, en pleno uso de mis facultades mentales decidí regresar a la Barranca de Huentitán. La esperanza era salir con la frente en alto y decir ¡lo logre! No podía vivir con la duda de ¿que habrá alla bajo? ¿será un tesoro y por eso cuenta tanto bajarla? ¿deberia cenar cheese burger? Era momento de tomar valor y regresar al lugar.

Saludos desde Chiapas-Huentitán

Esta vez sabía a lo que me enfrentaba así decidí desayunar cereal, llevar una bebida hidratante y barras de avena ¡que Dios se apiade de mi alma! Después de una hora logramos bajar la barranca y solo habia un río que se veía bastante pobre, un poco decepcionante ya que no solo era lo que me había costado bajar la barranca si no lo que me costaría subirla.

La foto del triunfo

Una vez cerca del río decidimos seguir a la gente ¡parecía que aún no terminaba el recorrido. Llegamos a un puente elegante que sin duda era la atracción del lugar, la vista desde el puente es hermosa muy verde y esas cosas pero nada se compara con mi orgullo de haberlo logrado. Por supuesto lo cruzamos para ver qué había del otro lado ¿y que creen? No hay tesoro.

Puente elegante también conocido como el puente de Arcediano

La subida fue doloroso pero no tanto como la primera vez, la verdad es que mi velocidad para subir se podía comparar con la de un bebé dando sus primeros pasos. Ni siquiera quería ver la numeración de las vueltas ¡no tienes porque hacerte daño Rox! Me decía una y otra vez. Llegó un momento en el que sentí que ya no podía pero la fuerza mágica de una paleta de La Rosa me ayudo a soportarlo, las últimas vueltas fueron las más pesadas pero no importa por fin puedo decir que lo logre.