###Barcelona Mi relato continua en las calles de Barcelona saliendo del mercado de la Boquería. Caminamos por La Tabla hasta llegar a la Rambla Marina en el centro comercial con una linda vista al mar, y la marina.
No hacia tanto frío y estaba ligeramente despejado así que pudimos disfrutar de ver las playas de día y observar la gente pescar y hacer ejercicio en un día cualquiera de Barcelona. Tomamos de nuevo el Metro y nos bajamos cerca de la Diagonal donde deambulamos viendo edificio y caminamos muchas pero muchas cuadras, comimos donas que alla se llaman “berlinas” hasta que llegamos al hotel a descansar un rato pues ya teníamos bastante kilometraje ese día.
Una vez repuestos fuimos a buscar cena, por la calle de Gaudí, llegando a un viejo restaurante donde comimos un rico queso artesanal, yo una merluza y Rox comio cordero, ambos muy buenos que maridamos con una cava. También muy fria y refrescante. Era un lugar curioso, puesto que tenía apariencia de estar atrapado en el tiempo. Una vez cenados nos decidimos por pasar otro día más en Barcelona restanto uno a Madrid, y realmente valio la pena el cambio.
El día siguiente tomamos el metro para la estación Sants, a hacer la reservación del AVE en clase Preferente, como ricos. Resuelto el tema caminamos para Plaza España pasando por el Parque Miro, que se me hizo muy triste, entonces vimos una como plaza de toros, que era un realidad un centro comercial, de lo más loco puesto que en el último piso es mirador gratuito a 360°, increiblemente bueno, un obligatorio para apreciar la inmensidad de Barcelona. Sobre la Plaza España no tengo comentarios, es una fuente bonita y ya.
Saliendo de ahi fuimos de nuevo a Plaza Cataluña a vagar con el plan de hacer una ruta de tapas, aunque dimos un primer paso en el Corte ingles para comprar poca ropa, y disfrutar de su último piso que también era como mirador. Despues del shopping, comida. Visitamos como 3 lugares de tapas por Paseo de la Gracia, muy buenos cuyos nombres no recuerdo, pero comimos y bebimos como locos. Finalizando con una visita a la vinoteca de Torres, que era increible, Torres tiene cientos de vinos que no se ven por esta parte.
Regresamos en Metro al hotel, Rox ya estaba algo borracha y era temprano así que descansamos para a las ocho salir a la Sagrada Familia y encontrarno con Dardane para cenar. La cena fue muy buena, Dardane nos llevo a un mistico restaurante de mariscos que te vendian todo por peso como en pescadería. Comimos chopitos, navajas, rape y briberones. Deliciosos mariscos en aquella parte del mundo.
Salimos y fuimos a un pub a tomar Guinness y platicar con Dardane nos contro diversas aventuras en sus largos años como española y como a las once nos despedimos para regresar al hotel y organizarnos para el tren del día siguiente.
###Madrid El último día de Barcelona, tomamos nuestro desayuno en la cafetería enfrente del hotel, con calma disfrutando el bacon. Tomamos nuestras cosas y nos fuimos a la estación Sants para esperar el tren, pasamos como dos revisiones de boletos y con orgullo subimos a la primera clase del AVE, que es carisimo.
El tren es increible, llega a velocidades de 300km/h, pero el que tomamos (por la hora) hacía escala en Zaragoza, por eso tardaba como 3 horas en lugar de la 2 horas y media que habían los otros horarios. Nos dieron una comida estilo avión, pero estaba bien, alimento gratis siempre es bienvenido.
Arrivamos a la estación La Atocha, Madrid, la cual recuerdo no era muy fabulosa y rapidamente buscamos un mapa de la red de Metro para ver cual estación era la más cercana del hotel, cuyo nombre no recuerdo en este momento, pero nos dejo en la esquina del hotel, totalmente de maravilla, pues estaba ya harto de cargar con tantas maletas.
El hotel estaba en pleno centro del caos madrileño, literal había prostitutas abajo, y monton de locales desde tapas hasta compra-venta de oro. El hotel estaba en un piso alto, similar al de Roma, y aunque no estaba increible estaba bien por lo pagado. Al menos no era pequeño como el de Paris. Dejamos las maletas, y comenzamos a divagar por la zona.
Lo primero que hicimos fue caminar por la Puerta del Sol, y todas las calles que estaban llenas de comercio, mucho movimiento de gente, cuando dislumbramos el Museo del Jamón, que al parecer era una cadena de restaurantes, y como no soy amante del iberico, pasamos a comer. Salimos un poco más felices, no dire que no, y caminamos hasta la Plaza Mayor, el cual no tenía mucho que contar. Así proseguimos, hasta que nos sentimos realmente cansados y llenos de comer.
Al día siguiente, no se porque, pero desayunamos en McDonalds, curiosamente no había McDesayunos como aquí, sino simples burger como el resto del día. Pedimos un combo de burger, y creo que fue la peor idea de todos los tiempos. Como estábamos con indigestión nos decidimos por ir a caminar, el Parque del Retiro fue la opción. Pasamos un buen rato, paseando por ahí, tomando cafe, y contemplando las fuentes. El parque tiene muy buena finta, bastante bueno para salir a tomar el aire un rato.
Saliendo del parque, nos fuimos a las calles cercanas del hotel. Realmente no recuerdo porque casi no fuimos a lugares turisticos. Aunque, por ejemplo, recuerdo que el Museo del Prado, ya nos dio flojera verlo, solo pasamos por fuera, y dijimos “que padre” y proseguimos. Para la hora de comer, vimos un lugar de tapas y habia un promoción. Mi error, comi una promoción para dos personas y era simplemente demasiado. Rox comio una paella, medio malona, y tomamos muchas cañitas.
Para bajarle a la indigestión, nos fuimos a caminar para conocer el Palacio Real, que mide realmente algo, y la Almudena con su Catedral. Bonito lugar, pero de nuevo no tuvimos el entusiasmo completo como para pasar adentro, y nos limitamos a verlos por fuera.
Pasamos por el Mercado de San Miguel, que esta increible, es como una expo gourmet todo el tiempo. Había muchas cosas para comer y bebidas como vinos y vodkas caros. Lastima que estabamos muy llenos, así que simplemente tonteamos. Regresamos al hotel, para luego salir a cenar “algo diferente” y terminamos en un mistico sushi feo y caro, como suele pasar. Y nos despedimos de las noches de Madrid, que preferia las de Barcelona.
Despertamos para el último día en Europa, ya con las maletas listas pasamos a la recepción. Por suerte, le pregunte al encargado si tomar el Metro era buena idea, cosa que nos dijo que era de locos, que a unas cuadras pasaba un camión directo al Aeropuerto de Madrid. Tomamos el consejo y salimos con el monton de maletas a caminar hasta un crucero donde encontramos tan magnifico y coordinado transporte nos llevo hasta el aeropuerto.
Pasamos por ventanillas y demás seguridad, sin inconvenientes, para luego esperar que saliera el vuelo. Problema, porque el vuelo se retraso unas horas, no recuerdo bien pero si fueron cerca de dos horas. Tuvimos que comer en el lugar, y babosear por las tiendas, mirando tonterías que comprar antes del regreso. Ya cuando por fin tomamos el vuelo, senti locura de saber que tenía que regresar a un mundo donde debía trabajar y así. Pero fue bueno el viaje.
El vuelo no me gusto tanto, me llego a desesperar, no lo senti tan “corto” como el de ida, dice Rox que quizas porque no traia el entusiasmo de llegar, quizás tenga la razón. Ya en México, en la Ciudad de México exactamente, llegamos a la locura, con el horrible Aduana y SAGARPA. Nos cuestionaron y nos quitaron salamies y jamones, al menos nos dejaron la sobrassada y el queso.
Como estaba retrasado el vuelo, la conexión a GDL no la pudimos tomar, y Mexicana nos dio un pase de hotel para esperar el siguiente vuelo. Fue algo bueno pero no tanto, porque estabamos como a las 2 de la mañana, y en lugar de dejarnos dormir un poco, nos mandaron a las 6 de la mañana, cosa de 3 horas de dormir nada más.
Esta es la última parte de un diario, primera parte, segunda parte, tercera parte y cuarta parte.
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