Caminas por las calles de una ciudad desconocida, quizás sin rumbo o quizás vas a alguna atracción o de regreso al hotel. Pero de repente algo comienza a cambiar en el paisaje urbano, las calles tienen letreros un poco distintos, hay un aroma a hierbas y pescados, los letreros de las tiendas ya no se entienden y sobresalen logotipos y decoración de Hello Kitty. La arquitectura comienza a lucir distinta, quizás sea ese arco que pasaste colorido y lleno de dragones. Entonces te das cuenta que estas entrando a un barrio chino. Un maravilloso y siempre encantador Chinatown.
En las ciudades de Estados Unidos que conocemos siempre procuramos apartar un par de horas en el itinerario para caminar por los barrios étnicos y sobre todo si son chinos. Aunque los coreanos y japoneses son igual de buenos. Para Rox es uno de los mejores momentos de nuestros viajes poder pasear en los barrios chinos. Menos en el de Panamá que es otra historia.
Diversas ciudades americanas cuentan con barrios chinos, que muchas veces estan en la zona centro porque son viejos, siendo algunos pequeños como en Philadelphia o grandes como en Chicago. Como tradición intentamos localizar los tan famosos Arcos de la Amistad que son como la compuerta para adentrarte en el Chinatown y aprovechamos para que Rox se tome una fotografía. Intentamos tener una de cada ciudad que vamos, pero creo que hemos fallado más de una vez.
En un Chinatown encontrarás mucho comercio, un montón de hombres fumando y un poco de cultura, porque muchos Chinatown cuentan con museos o centros de estudios y cultura. Dentro de los comercios, realmente hay de todo un poco, desde baratijas hechas en (válgame) China a decoraciones más interesantes, pasando por dulces raros de soya y raíces secas para curar enfermedades o al menos con ese fin las venden. Rox le gusta comprar artículos como “figurillas de chinitas” que he visto que son más japonesas, pero no le romperé la ilusión.
Todo eso es divertido, pero lo realmente bueno comienza cuando pasas a sentarte a algún pequeño restaurante. Alguno que no huela tanto a pescado muerto, jejeje, es broma solo los mercados huelen así. Las opciones son muchas y depende del barrio pero hay elementos seguros, un lugar de dim sum y un lugar de noodles. Ambos diferentes, ambos deliciosos. Si no es como que hora de comer, la mejor opción es dim sum. La gente procura estos lugares como para tomar un aperitivo y beber un poco de té.
En cambio si ya quieres llenar tu cuerpo de poder en un buen plato de noodles, y sobre todo si son recién hechos, con un caldo Sichuan es perfecto para llenarte de energía. Añade que muchas veces la comida en estos lugares es menos caras que otros restaurantes, claro que no tan barata como McDonalds, pero es mucho mejor comida. Claro que estos son los más clásicos, pero como muchas veces los barrios chinos tienen presencia de otros países como Tailandia o Vietnam, podrías terminar encontrando algún curry o pho.
Uno de los aspectos que me gusta mucho de los barrios chinos es que no solo hacen edificios con decoraciones clásicas chinas los particulares sino que las calles en sí pueden cambiar y tener no solo letreros en inglés sino también en chino y existir una serie de señalamientos que son comunes en las calles pero en caracteres y estilos chinos. Le da ese toque que te hace sentir en un lugar distinto, mucho más lejano.
En lo personal creo que el barrio chino que más me gusto es el de Washington por que es muy luminoso y vibrante, aunque el de Nueva York es bastante grande y encuentras muchas opciones para comer unos rollitos o unos delicioso boazis de puerco. De recordarlos ya me dieron ganas de comer un poco de comida china.
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