Cuando pensaba en China me imaginaba esas calles coquetas llenas de deliciosa comida, miles de cosas con ojos enormes y tiernos diciendo “cómprame Rox”, los adornos típicos, el arco de la amistad, noodles, dumplings. Todas y cada una de las cosas hermosas que suelen llenarme de felicidad cada vez que visito un Chinatown. Me imaginaba lo feliz que seria comiendo dumplings mientras una buena señora me invitaba a tomar te y a convivir con su panda ¡oh hermosa China! Sin duda una de los destinos que más anhelaba conocer en este viaje. ¿Cuantos momentos mágicos compartiría con mis amigos en Facebook e Instagram? ¿Cuantos hashtags servirán para describir mi felicidad? ¿Cuantas botargas de baozis vería en las calles? Eran tantas las preguntas las que pasaban por mi cabeza y estaba a escasas dos horas de conocer las respuestas.

¿Esto es china?

No tendría mucho tiempo para conocerla pero no importaba aprovecharia al maximo las horas, por estrategia de logística y el permiso de 72 horas que pediriamos el destino elegido era Shanghái. Cuando el avión anunció el descenso veía por la ventanilla en busca de los rascacielos y nada, visibilidad cero, era curioso según el pronóstico el clima era mejor que Seúl. Aterrizó el avión y la visibilidad era muy poca, parecía que la ciudad estaba cubierta de neblina ¿neblina a las dos de la tarde? o ¿sera la contaminación? Imposible a los pandas no les gusta la contaminación.

Un, dos, tres por el edificio detrás de la neblina

Salimos del aeropuerto y era momento de tomar el metro para dirigirnos al hotel ¡que emocion creo que estara lleno de chinos y con suerte vere un panda! No quiero ser spoiler pero no había pandas en el metro. Al subir sentía un poco las miradas ¿notaran que soy turista? No lo creo tienen los ojos muy pequeños para ser tan observadores. El metro estaba un poco lleno pero nada que el DF no me enseñara antes y para ser sincera era más modernos de los que tenemos en México.

Llegamos al hotel y no podía esperar para compartir mis primeras fotos con mis hermosos seguidores en Tamales con Pasaporte. Cuando de repente leo que no podría ingresar a Facebook, Instagram ni Google ¿osea como? para mi esas tres cosas son el internet Me pellizque para despertar de la pesadilla pero el acceso seguía restringido ¡Nooooo! China no era tan hermosa como lo había imaginado. El lado positivo es que con suerte aprovecharia el tiempo para escribir contenido en el blog una cosa era segura: mencionaria lo del internet (quejarme de la injusticia), no era tan grave pero cada que veía el celular el dedo quería tocar el logotipo de Facebook y dar una miradita la pelea interna fue desgastante.

Al menos tienen M&M word

Salimos a caminar para conocer un poco de la ciudad y como no teníamos Google Maps nos dejamos guiar por el instinto. El cual nos llevó por las calles más feas de Shanghai mientras yo escuchaba en mi mente “Do you ever feel like a plastic bag?” ¿Esto era lo que tanto quería conocer? Ir a un buffete de comida china en México era más escénico que el recorrido por esa calle. No sabia que me desilusiona más: no poder usar el internet a mi gusto o que Shanghái no se acercaba a la China que me imaginaba ¡no tenían flautitas de noodles!

Aunque nos ofrecieron este platillo de la cocina antigua

Shanghai es bonito, solo que la contaminación me hacía sentir que tenía altas posibilidades de acelerar mi fin en eso que la gente llama el ciclo de la vida. Los chinos son un poco diferente al resto de los países de Asia que habíamos visitado. Ya no eran tan amables, cuando de hacer fila se trata son un poco ventajosos para cortar la fila ¡quítate Chuy!, también son un poco intensos porque aunque parece que los asiáticos siempre gritan aquí sí se veía más su inconformidad. Esto no quiere decir que sean malas personas solo son un poco más caóticos pero nada de asustarse, mientras más viajo más pierdo el miedo a las personas al menos eso creo (aún no visitaba Manila).

La famosisima perla de Sanghái con un poco de “neblina”

El problema que te tuve con mi primera impresión de China es que tenía una idea tan romántica. Desde aquí ya estaba mal, era como esas imágenes de la toscana que el mundo piensa es todo Europa. En cuanto me quite esa idea romántica y absurda empecé a disfrutar la ciudad y admirar sus rascacielos hasta donde se podía porque por mucho ha sido la ciudad con mayor contaminación que hemos visitado. Las fotos les ayudarán a darse una idea. En mi proximo post le platicare como las principales atracciones de la ciudad.