Cuando pensaba en cómo sería Atenas, me imaginaba un lugar con casas pequeñas, donde los colores que predominarían serian en blanco y el azul, gente gritando ¡opa! y rompiendo platos con el sonido de un acordeón de fondo, un lugar donde comería muchos gyros.
Así nos venden las películas la idea, en realidad a final del viaje el lugar me gusto más de lo que esperaba y dato curioso mi nariz encajaba muy bien en el perfil griego.
Teníamos planeado pasar tres días en Atenas y visitar Roma solo para hacer la conexión del vuelo, pero la Aerolínea Vueling decidió que era buena idea recorrer el vuelo un día así que “decidimos” pasar un día en Roma y solo dos en Atenas. El vuelo duro 1:45 horas, de los cuales solo experimente esa sensación de sufrimiento y dolor por 10 minutos gracias a las turbulencias patrocinas por el mal clima que había en Roma.
En el vuelo Geo y yo nos sentamos separados no tenía a quien hacerle mis caras de miedo cuando sentía las turbulencias solo me quedaba una cosa fingir que era valiente. a mi lado venia sentada una chica asiática que estaba enferma y yo solo pensaba ¡Ay rosa de Guadalupe que no me pase su virus! Vi a la derecha, luego a la izquierda y nada de rosa a esas alturas era un hecho me iba a enfermar y en realidad así paso dos días las después.
Llegamos al aeropuerto de Atenas y escuchaba los anuncios en griego y en ingles, se supone que unas dos semanas antes del viaje había memorizado unas cuantas palabras en griego y parte del alfabeto. Al menos eso pensaba confiaba en mi memoria fotográfica “Roxana nunca olvida”. Lección aprendida no tengo memoria fotográfica. De todo lo que *escuchaba en los anuncios solo entendía parakalo y ni siquiera recordaba el significado. Pensaba: Geo estamos perdidos. Un minuto después Geo “Amor ¿si te acuerdas de tus clases? esto se le de tal manera no?”, yo solo fingía esfuerzo mental y contestaba creo que sí, mi técnica era sencilla pero buena repetía lo que estaba leyendo Geo pero cambiando un poco el acento.
Para llegar alHotel Nefeli tomamos el metro. Saliendo del aeropuerto había señalamientos bastante claros de cómo llegar, una vez llegando teníamos que comprar los boletos. El precio fue 8€ por persona y si lo comprabas redondo te salía en 14€, el boleto es abierto solo tienes que validarlo antes de tomar el tren. Si no validas el boleto y el inspector lo revisa recibes una multa de 60 veces el precio ¡casi nada!, el tren pasa cada 30 minutos y hasta el centro son 60 minutos.
Habían pasado como 15 minutos de trayecto y sentía el peso de cada minutos sobre mis párpados mientras el ruido de las vías del tren me decía “duerme Rox duerme”. Por otro lado tenia la voz del ronco pecho de Geo que decía “ Rox no te vayas a dormir ya casi llegamos”, en realidad faltaban como 40 minutos.
Lo primero que note de las estaciones del metro es que estaban extremadamente limpias, de hecho hasta parecían nuevas. Saliendo de la estación no caminamos mucho para llegar al hotel creo que fueron como 5 minutos y aunque me duela admitirlo la idea de tener que llevar solo una mochila como maleta era buena ahorrábamos mucho tiempo y el movimiento era muy práctico.
Llegamos al hotel y dejamos las maletas y salimos en busca de comida. Elegimos a una taberna que parecía concurrida por los locales y pensamos que sería buena idea comer allí. El sazón de la comida era buena, el servicio un poco lento ya que el lugar era atendido por una sola mesera, para hacer más amena la espera pedidos nuestra primera cerveza griega Alfa. Para mi mala suerte llego primero el platillo de Geo y digo mala suerte porque él come mucho mas rápido que yo.
El itinerario para ese día era sencillo: conocer la zona y por la tarde ir a un lugar llamado Beer Time. Empezamos a caminar por la Calle Ermou y estaba llena de tiendas departamentales, cafés y panaderías. Caminando vimos a un señor que vendía una bebida llamada Saleri decidimos comprar una a ver qué tal sabia, como recomendación siempre que vayan a probar algo que no conocen empiecen por la medida más pequeña. Así en caso de que no les guste la perdida de dinero no será mucho.
Algo que me gusto mucho de Atenas es que las calles eran limpias y no olían a pipi, extrañamente había muchos gatos en la calle y los perros parecían osos, estaban muy grandes. En mi caso los podía usar como caballos pero me imagine que la gente me vería raro y me dan miedo los perros así que mejor todo cool.
Habíamos recorrido la mitad de la Calle Ermou y note a Geo un poco sorprendido porque aun no había hecho el menor intento de entrar a mirar en ninguna tienda. La maleta que llevaba era demasiado pequeña y no le cabía nada mas y en particular Atenas había robado mi atención más que mis ganas de comprar. Algo que había robado aun más mi atención fueron las baklavas. Esos deliciosos postre de hojaldre rellenos de nueces y bañados con miel, los había visto en la algunos programas y me había prometido que cuando fuera a Grecia comería tantas hasta que por mi cabeza pasaran unicornios de colores tocando el acordeón y cantando parakalo parakalo. Seguía muy llena así que solo probé una pero ya era inevitable había abierto la caja de pandora y llevaba cuenta regresiva.
Con las calorías suficientes era momento de seguir caminando, algo que empezamos a observar es que en Atenas habían conservado las iglesias dentro de la nueva etapa de urbanización. Lucen coqueta, rústicas y pequeñas dentro del caos de una zona centro. Decidimos acercarnos a una, se puede entrar pero no se podían sacar fotos. Por dentro son parecidas a las de México cuenta con varios cuadros de santos. Salimos de la iglesia y seguimos caminando por las calles y notamos un patrón eran calles especializadas unas de puros textiles, joyería, vestidos de fiesta, etc.
Pasamos por unas cafeterías y Geo me dijo que había leído que en Grecia la gente tomaba una cosa llamada Freddo que es un espresso con hielos y arriba le queda una corona de espuma ¡Interesante! Sabia bueno creo que si viviera en Atenas lo tomaría seguido.
Después del café caminamos por varias calles. Habíamos intentado llegar a Beer Time, pero fracasamos porque el lugar abría hasta la 6:00 pm y con la buena noticia de que de 6 a 8 era happy hour. Que bonito es cuando ponen promociones fomentando mi alcoholismo hasta los disfruto más.
Con casi una hora de sobra y la puesta de sol el momento era perfecto para tomar fotos de las ruinas lo único que nos fallo fue la cámara ya que toda las fotos son tomadas con nuestros celulares. Las calles parecen demasiado tranquilas y seguras al menos por esa zona en ningún momento me sentí insegura. Caminamos por una calle llena de restaurantes para ver los precios de la zona y de ser posible elegir donde cenar, los platillos eran muy similares y los precios también así que solo elige el que más te guste. Mientras caminábamos por esa calle éramos abordados por los hosts que trataban de adivinar nuestra nacionalidad y decir unas cuantas palabras como “si si comida buena, vino barato”. Las nacionalidades que nos daban eran las siguientes:
- Italianos. Al parecer Geo tiene un algo que les hace pensar que es italiano, aunque nada comparado como lo confundirían los Turcos luego les practicare la novela que le hice.
- Españoles. Me imagino que simplemente por el idioma “Joder tio que me pone de coño que piensen que soy española”.
- Mexicanos. Le atinan por los regular en ese orden.
Seria divertido hacernos pasar por españoles, pero joder que no se me da el acento. En este viaje en especial como que la gente no creía que era de México y se me paso preguntarle de donde pensaba que era hubiera sido interesante escuchar su respuesta.
Estábamos contemplando la Agora de noche y de repente escuchamos un chico diciendo ¿México, Guadalajara?. Fue super extraño porque ni siquiera íbamos hablando yo tenía ganas de preguntarle ¿Geo trabaja con una mujer rubia? Porque me imagine que era la versión griega de Walter Mercado, pero cuando nos empezó a enseñar el menú me di cuenta que no y se me paso.
El chico para generar un poco más de empatía nos dijo “mi novia es de Monterrey muy bonita”. Como nos cayó bien dejamos que nos enseñara el menú le dijimos que mas tarde regresaríamos a cenar y nos dio una tarjeta para que recordáramos el lugar. Disfrutando de la vista y la calidez del lugar en nuestra caminata el tiempo se pasó volando y ya eran las 18:30 hora de ir a Beer Time.
###Beer Time
Llegamos al lugar y como lo prometieron era hora feliz. Nuestra idea era empezar probando cervezas griegas de barril. El lugar estaba adornado estilo pub en las paredes había colección de porta vasos con diferentes marcas de cerveza y publicidad en placas de metal. Había piso de vidrio que tenia vista a los barriles que surtían la misma, en la fachada tenía un reloj de engranajes el cual realmente funcionaba se apreciaba que el lugar había sido decorado con mucho esmero.
Nos sentamos en la terraza ya que el clima era agradable nos llevaron las primeras cervezas y una botana de maíz eran como Doritos pero más duras estaban bien. Platicando con el mesero le preguntamos como se decía gracias y ¿adivinen cual es la palabra? Parakalo y de nada se dice efharisto. El mesero nos pregunto de donde éramos y nos deseó que disfrutáramos nuestra estancia, la plática fue amena y duramos como 3 horas en el lugar.
Ya me sentía y poco borracha y tenía hambre. Le dije a Geo que pidiéramos la cuenta y fuéramos en busca de comida, pedimos la cuenta cuando regresó el mesero lleva unos pequeños shots de grappa que venían con una cucharadita de azúcar la idea era tomar el shots y luego el azúcar, según la explicación del amable mesero. Él cual se despidió con un “Les dejo grappa por si gustan probarlo”.
Después de la grappa estaba feliz pero con hambre, solo un gyro podía ayudarme, pasamos a un lugar de gyros que sería el equivalente a un puesto de hot dogs en México. Pedí mi gyro pero como que el chavo que atendía no me entendió ¿No se supone que uno habla mejor otros idiomas cuando esta borracho?
Parece que al menos yo no pude y tuve que ser ayudada por Geo para ordenarlo, por un momento parecía que la sobriedad llegaba nuevamente a mi vida. Hasta que de repente el chico sacó un cortador eléctrico para cortar la carne del trompo resultado una Rox fuera de control riendo mientras el chico cortaba la carne y me miraba con cara de confusión. La confusión llegó a tal grado que intento hablar un poco de español para despacharnos lo mas rápido posible.
Con gyro en mano y una noche larga llena de diversión llegue me empezó a dar bastante sueño y era momento de descansar, caminamos al hotel y recuerdo una plática con Geo algo así “Grecia, iglesia, cielito lindo, baklava, prego, Manolo, gyro, hotel, gato, felicidad, LOL”.
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