Llegamos al aeropuerto de Narita, en Tokio, y veia un monton de simbolos por todas partes que al parecer era el idioma local, una dulce voz saliendo de las bocinas diciendo una y mil veces cosas que simplemente no entendía, caricaturas ilustrando cosas de la vida cotidiana como un “no subir ebrio al tren o ni golpear al policía”, seguimos caminando y de repente en el módulo de información unas chicas luciendo el Kimono en ese momento supe que estábamos en Tokio.

En mi visita a Tokio tuve esa sensación que por un momento había olvidada, la sensación de lo desconocido era mi primer encuentro real con la cultura Japonesa. Sinceramente la ciudad superó mis expectativas por mucho Tokio simplemente es una locura, todos sus distritos me enamoraron y decidí empezar con mi favorito Akihabara.

Llegamos un poco antes de las 10:00 am y el distrito parecía desolado no había casi gente en las calles, antes de las visita había visto algunas fotos sobre todo de noche y al verlo en vivo esas fotos parecian fantasía ¿donde está toda la gente? La poca gente que se veía al parecer estaban formados esperando a que abrieran algunos locales, se veía que llevaban un rato ya que algunas llevaban una pequeña silla para hacer la espera amena.

Las calles solas de Akihabara

Con un panorama poco alentador dimos un paseo por los callejones, como turistas todos y cada uno de los callejones parecían dignos de una foto, kanji por aquí kanjí por alla. A falta de cosas interesantes era momento de tomar fotos de todo, aparadores, máquinas expendedoras, literal todas y cada una de las fotos absurdas que me ayudaran a aparentar que el viaje había valido la pena ¡si, si fui a Japon!

Geo girando

¿Alguna vez han leído acerca de la gente que se pierde en el espacio tiempo? Asi me paso solo que ese espacio tiempo tenía un nombre (distrito Ueno). Era alrededor de la 1:00 pm y de repente ese lugar que parecía desolado estaba lleno de gente que salía en cantidades industriales del subway, los pasillos misteriosos se habían convertido en un montón de locales comerciales, las personas que trabajan en las tiendas estaban afuera gritando y gritando de verda parece una especie de competencia de gritos ¿que gritaran? “pasele marchantita o que va a llevar guerita” En fin los mercados son los mercados en cualquier parte del mundo, para hacer la experiencia más atractiva algunas chicas parecían cosplay pero al parecer era su ropa para el trabajo

¡Y despertaron los japoneses!

Seguía caminando y a donde volteara ¡las posibilidades de compra eran infinitas! Con la cabeza apunto de explotar decidí que era momento de relajarme y parar por un poco de comida y con suerte eso controla mis ansias locas de gastar. Para comer decidimos hacerlo en un lugar que era concurrido por los locales, con un menú en japonés pero con fotos que ilustraban los patillos eso no seria dificil ademas Geo se había aprendido la única palabra que necesitamos “cerveza”

Comenzando con la diversión

En Akihabara todos los edificios son negocios muchos enfocados a el juego local pachinko que es parte de cultura japonesa y el cual no me dejo jugar Geo por miedo a que perdiera todo el dinero ¡nah! , video juegos,figuras de anime de esas que la gente colecciona, en fin entretenimiento en general. Los edificios en este distrito son altos pero un poco estrechos por lo cual mientras estés en Tokio siempre levanta la mirada y te darás cuenta que cada piso es un negocio diferente, que un ¿que venden? En la cabeza nos sentimos con completa libertad de examinar cada uno de los pisos.

Después de una cuantas horas perdidas recorriendo los edificios y comprando comida callejera por fin oscureció y tengo que decir que era cada vez más loco, lo que antes parecía mucha gente se había multiplicado ahora era mucha mucha gente que se amontonaba para cruzar los semáforos, los edificios iluminaban las calles con sus figuras de anime y el sonido de los locales cada vez era más fuerte. Quedé impresionada con la cantidad de gente que se movía de un lado a otro y con lo hermosos que lucían los edificios llenos de luces.

Ahora sí se pueden apreciar las luces

Me hubiera encantado mostrarles las fotos del interior de los lugares pero en todos estaba prohibido tomarlas.